Historia de cómo nuestro amigo Panchito González se sintió responsable de la epidemia de peste bubónica en Zona Sur


Autor del original: Osvaldo Dragún
Adaptación: Martín Seijo
Fotos: Jorge Marino

ACTOR 1 (a público): Este es el relato/

ACTOR 2: ¿Relato? No.

ACTOR 1 (a público): Bueno, esta es la historia de por qué Pan/

ACTOR 2: Mejor decí cómo. El teatro de hoy es más afín al cómo que al por qué. (A público.) Como bien dice Dubatti en su ya célebre libro/

ACTOR 1 (a público): Esta es la historia de cómo Pancho Gonzá/

ACTOR 2: Nuestro amigo Pancho, eso es importante.

ACTOR 1: Cierto. (A público.) Esta es la historia de cómo nuestro amigo Pancho Gonzá/

ACTOR 2: Panchito. Lo hace aun más amigable.

ACTOR 1 (empieza a molestarse con las interrupciones, a público): Sí, sí. Panchito González se sintió culpable/

ACTOR 2: Responsable.

ACTOR 1 (ofuscado): ¡Culpable! Se sintió culpable de la epidemia de peste bubónica en África del Sur.

ACTOR 2: No, no, pará. Habíamos quedado en cambiar el destino.

ACTOR 1: ¡¿Cuándo?!

ACTOR 2: ¡¿Cómo cuándo?! ¡Hace un montón de ensayos! Lo que pasa es que vos no venís muy seguido que digamos.

ACTOR 1: Eso no te lo voy a permitir.

Se acercan presurosos Actor 3 y Actriz. Deliberan unos segundos.

ACTRIZ (poniéndose un poco violenta): Acordate lo del criterio de noticiabilidad. ¡La cercanía! Si no esto carece de sentido.

ACTOR 1: ¿Por qué esa necesidad de argentinizar todo?

ACTOR 3 (violento): ¡Porque estamos en Argentina y a la gente no le interesa África del Sur aunque sea terrible lo que pase allá!

ACTOR 2: Además está el tema de los derechos. Si nos cae Argentores, ¿qué hacemos?

Actor 3 y Actriz se retiran. Actor 2 se queda vigilando.

ACTOR 1 (amedrentado, a público): Esta es la historia de cómo nuestro amigo Panchito González se sintió responsable de la epidemia de peste bubónica en zona Sur.

Actor 2 palmea a Actor 1.

ACTOR 2 (a público): Hacía muchos años que no veíamos a Panchito; pero ayer, cuando andábamos, como siempre, recogiendo historias…

CANILLITA (pasa): ¡Extra! ¡Extra! ¡Gran epidemia de peste bubónica en zona Sur!

ACTOR 1: ¡¿Peste bubónica?!

CANILLITA (vuelve a pasar): ¡Peste bubónica en zona Sur! ¡Extra!

ACTOR 2: ¿Zona Sur?

ACTOR 1: No es Recoleta…

ACTOR 2: Ni Barrio Norte…

ACTOR 1: ¡Está lejos! No hay peligro de contagio.

ACTOR 2 (a público): Y seguimos adelante, felices de la vida, cuando de repente…

PANCHITO (entra y habla con voz de velorio): Hola.

ACTOR 1: ¡Panchito! ¿Cómo te va, viejo? ¡Tanto tiempo sin verte!

ACTOR 2: ¡Vamos a tomar algo!

Se sientan alrededor de una mesa de bar.

ACTOR 2 (como si se dirigiera a un mozo): Café.

ACTOR 1 (ídem): Café.         

PANCHITO (ídem): Cafiaspirina.

CANILLITA (pasa): ¡Extra! ¡Extra! ¡Gran epidemia de peste bubónica en zona Sur!

PANCHITO: ¡Por favor! Este canillita me hace sentir mal…

ACTOR 1: Pero, Panchito, ¿qué te pasa? ¿Mucho trabajo?

PANCHITO: No.

ACTOR 2: ¿Muchas deudas?

PANCHITO: Tampoco.

ACTOR 1: ¿Mucha enfermedad?

PANCHITO: Sí. ¡La peste bubónica!

Los Actores se sobresaltan.

ACTOR 2: ¿Vos… la peste?

PANCHITO: ¡No, yo no! ¡La peste bubónica en zona Sur!

ACTORES: ¡Ah!

PANCHITO: Yo soy el culpable…

ACTOR 2: ¡¿Qué?!

ACTOR 1 (a público): Y nos contó su historia.

ACTOR 2: ¿En un tiempo soñabas con ser director de teatro?

PANCHITO (a público): Sí. Yo siempre supe que arriba de un escenario menos es más, y más/

ACTORES 1 y 2: Menos.

PANCHITO (a los actores): Pero no pude. ¡Mozo, otra cafiaspirina! (Mirando a público.) Me casé.

Actores tararean la marcha nupcial.

PANCHITO: Sí. Primero vino un varón…

Actores tararean la marcha nupcial con menos alegría.

PANCHITO: Después una nena…

Actores tararean la marcha nupcial de manera deprimente.

PANCHITO: ¿Y ahora? ¡Esperamos mellizos!

Actores tararean la marcha fúnebre.

PANCHITO: Un día me dije: ¿Teatrista? ¡Psch! ¡Seguro! ¡Cualquier día de estos! Y tuve que emplearme para mantener a mi familia…

Aparece en un costado la Esposa embarazada. Lo llama a Panchito, que se hace el distraído.

ACTOR 1: Tu mujer, Panchito.

ACTOR 2: ¡Qué buena está!

ACTOR 1: Te llama.

Panchito va hacia su Esposa, desganado.

ACTOR 2 (a público): Disculpen si hacemos algo de ruido. Tenemos que prepararnos para la próxima escena.

Actores 1 y 2 se ponen a ordenar la escena.

ESPOSA (señalando al otro lado del escenario, donde aparece el Secretario): Mirá, Panchito, mi amor, ¿por qué no vas a ver a mi tío? Es secretario de un diputado.

SECRETARIO: ¡Pero cómo no, Panchito! Vení, acercate, dale.

Al Actor 1 se le cae un objeto o hace ruido al mover una silla.

ACTOR 2: ¡Tené cuidado!

ACTOR 1 (a público): Perdón.

Panchito se acerca al Secretario.

SECRETARIO (a Panchito): Escuchá, te me vas volando con esta carta a la Corporación Transocéanica de Carnes. Me deben unos cuantos favores, así que te van a tomar, no les queda otra. Confiá en el tío, te van a aceptar (le palmea el hombro y le da un empujoncito). ¡Ánimo, pibe!

La mesa de bar ya se transformó en el escritorio de una multinacional, cuyos gerentes son un Inglés y un Italiano. El Secretario 2 se ubica frente a una máquina de escribir. Panchito se acerca al escritorio y entrega la carta. El Secretario se pone a charlar con la Esposa.

INGLÉS: ¡Mister González!

ESPOSA (a público): Un dueño era inglés.

ITALIANO: ¡Signore Gonzalo!

SECRETARIO 2 (a público): El otro era italiano.

INGLÉS (después de hojear un rato la carta): Mmmm… ¡Bienvenidou a la Corporation!

ITALIANO: ¡Felicitacione!

PANCHITO (a público): ¡Me tomaron! Así de fácil. Gano 2500 pesos mensuales.

El Secretario acaricia a la Esposa.

ESPOSA: ¡Todo va bien!

PANCHITO (acercándose a su Esposa): ¡No tan bien, no tan bien! Con 2500, ¿qué vamos a hacer? Comer garbanzos más caros.

ESPOSA: Pero, Panchito, tené paciencia. Esperá tu oportunidad.

PANCHITO (a público): Y la oportunidad llegó.

El Secretario 2 teclea en su máquina simulando un telégrafo.

SECRETARIO 2: Punto-raya, raya-punto, punto-raya, raya-punto. ¡Cablegrama para la Corporación Transoceánica de Carnes!

El Secretario 2 saca la hoja de la máquina y se la entrega al Inglés. El Secretario le pasa un peine a la Esposa para que peine a Panchito.

INGLÉS (lee): “Nos ha sidou conferidou el honour de participar en la licitacioun para proveer de dous mil touneladas de carne a lous barrious de zona Sur. Todou depende del preciou que poudemos ofrecer”.

ITALIANO: ¡E bonna cualque cosa que sea carnosa!...

INGLÉS: ¡Panchitou!

ITALIANO: ¡Signore Gonzalo!

PANCHITO (a su esposa, que mientras lo intenta peinar): ¡Y me llamaron! ¿Te das cuenta? Me llamaron para una reunión del directorio. Seguro que me aumentan el sueldo. Tres mil, tres mil quinientos, cuatro mil…

ESPOSA: Bueno, pero quedate quieto, que tenés la raya torcida. ¡Uh! ¿Por qué usás esa colonia?

PANCHITO: Porque es barata. Se llama “Kiss of love”. (La besa.)

ESPOSA: ¡Quedate quieto, sonso! Ahí está. Avisame ni bien sepas algo, ¿querés? Yo voy a prender una vela.

PANCHITO (a público): Y fui a la reunión de directorio.

Panchito se dirige al escritorio. El Secretario le enciende un cigarrillo a la Esposa. Fuman. La Esposa se sienta en las rodillas del Secretario. Se ponen algo melosos.

INGLÉS: That is the question, mister Panchitou. Carne ou nou carne.

ITALIANO: ¡Deviamo stare piú baratto que cualunque!

INGLÉS: Todou depende de ousted. Le ofrecemos 5000 pesous pour mes si nous soluciona el problemau.

PANCHITO (al celular, sobreexcitado): ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola!

ESPOSA (también a celular): ¡Sí, hola!

PANCHITO: ¡Ya está, mi amor! ¡5000 pesos por mes!

El Secretario le da un beso en el cuello a la Esposa.

ESPOSA: ¡Ay, voy a preparar una torta para festejarlo!

PANCHITO (a público): Sí, la torta estaba bien. Pero la competencia era terrible.

VENDEDOR 1 (burdo, manoseando alguna parte del cuerpo de la Esposa, que se ríe): ¡Cuatro pesos el kilo de lomo!

VENDEDOR 2: ¡Tres pesos el kilo de bife angosto!

VENDEDOR 1 (igual, manoseando otra parte del cuerpo de la Esposa): ¡Dos pesos el kilo de cuadril!

VENDEDOR 2: ¡Uno cincuenta el roast beef!

PANCHITO (sigue a público): ¡Contra esos precios no se podía competir!

INGLÉS: Mister Panchitou, creo que sus 5000 pesous… (Sacude la cabeza negativamente.)

ITALIANO: Eh… Va male, signore Gonzalo… Va male…

PANCHITO (sigue a público): ¿Qué podía hacer? Eran 5000 pesos por mes, y yo tenía que mantener a mi familia! (Para sí.) Pensá, Panchito, pensá… ¡Ya está! (Al Inglés y al Italiano. Entregando su celular.) ¡Pregunten, pregunten, por favor! ¡Es la única solución!

INGLES (llama): ¡Hello, Londres, urgent!

PANCHITO (a público): ¡Urgente, urgente! Dos días tuve que esperar la contestación. ¡Dos días! Y cada vez que veía comer a uno de mis pibes, me asustaba. ¿Y si teníamos que volver a los garbanzos?

El Secretario 2 teclea en su máquina simulando un telégrafo.

SECRETARIO 2: Punto-raya, raya-punto, punto-raya, raya-punto. ¡Cablegrama para la Corporación Transoceánica de Carnes!

El Secretario 2 saca la hoja de la máquina y se la entrega al Inglés.

PANCHITO: ¡Por fin llegó la respuesta! ¿Y?...

INGLÉS: Mister Panchitou, no es necesariou que sea carne de vaca…

ITALIANO: ¡E bonna cualque cosa que sea carnosa! Además, sonno tutti negri en la zoni Sure.

PANCHITO (a público): Eran negros, ¿entienden? No son como nosotros. Son… son negros, ¿saben?

INGLÉS: Nous ordenan que las etiquetas sean de mouchos coulores. A lous negrous les goustan lous coulores.

PANCHITO (sigue a público): ¿Se dan cuenta? No importaba la carne. Era la etiqueta… el colorinche…

INGLÉS: ¡The packaging!

PANCHITO: ¿Qué?

SECRETARIO 2: El… (hace gestos con las manos, no le sale otra palabra) packaging.

PANCHITO (a público): ¡Para mí eran 5000 pesos! ¿Qué podía hacer? ¡Lo que hice! (Le dice algo al oído al Italiano.)

ITALIANO: ¡Ma no, signore Gonzalo! En Italia, i poveri mangianno anche caballo. ¡E bonna carne!

PANCHITO (a público): La carne de caballo no servía, porque en Italia la comían los pobres.

Panchito le dice algo al oído al Inglés.

INGLÉS: ¡Nou, nou, nou, mister Panchitou! ¡La carne de perrou al vino blancou is very very well!

PANCHITO (a público): La carne de perro tampoco servía porque en Londres la comían los loros, los lores, perdón. ¡Y para mí eran 5000 pesos! ¿Qué podía hacer? ¿Qué hubieran hecho ustedes? (Para sí.) ¡Pensá, Panchito, pensá! ¡Listo! No, no, eso no… (El Secretario le dice algo al oído.) No, eso menos… no sé… no… (A público.) ¿Qué? Y… no sé, mejor no… ¡Y bueno! ¡Ma sí! ¡Rata!

TODOS SALVO PANCHITO (con asco): ¿Rata? ¡Uff!

PANCHITO: Sí, rata. ¿No es genial? ¡Más barato que eso!

El Inglés y el Italiano se miran.

INGLÉS: ¡Aceptadou!

PANCHITO (a público): ¡Y ganamos la licitación!

ITALIANO (poniéndose de pie): ¡Bravo, bravísimo, signore Gonzalo!

INGLÉS (también de pie, convidando a Panchito un habano): ¡Mister Panchitou, sous 5000 pesous están asegurados!

PANCHITO (a público, con el habano en la boca, yendo hacia donde está su Esposa): Volví a casa. Le había pedido a mi mujer que hiciera no una, sino dos tortas para festejar. (Beso a la Esposa, quien se muestra distante.) ¿Y los chicos?

ESPOSA: Se acostaron.

PANCHITO: ¿Y las tortas?

ESPOSA: No las hice.

PANCHITO: ¿Por qué?

ESPOSA (le saca el habano de la boca): Mirá, no me gusta como estás cambiando en estos días. Vos no eras así.

PANCHITO: ¿Y cómo era?

ESPOSA: Te importaban los demás.

PANCHITO: ¡Ahora también! Pero esos son negros… No son gente como/

ESPOSA: ¿Vos que sabés?

PANCHITO: ¡Yo sé! Además, son 5000 pesos. Y si no me hubiera casado, sería un afamado teatrista/

ESPOSA (puño en alto, mofándose de Panchito): ¡Viva la ficción!

PANCHITO: Pero como me casé, tengo que rebuscármelas de otra cosa. (La Esposa se sienta, ofendida. A público.) Se fue. La había ofendido. ¡Tanto lío por unos negros con estómago de acero! O cómo se explica que sobrevivan a esos vinos baratos que toman… Ojo, igual yo tenía mis dudas… Por eso, al otro día… (Se acerca a la mesa donde ya está esperándolo el Doctor.) Vea, doctor, ¿usted cree que a un negro puede hacerle mal la carne de rata?

DOCTOR: En absoluto. La carne de rata es el alimento predilecto del gato. El gato vive en la casa del hombre. El hombre se alimenta de carne de vaca. Por lo tanto, para un negro comer rata es como comer carne de vaca. Si me das el 2%, te firmo un papelito que diga que está todo bien.

PANCHITO: ¡¿El 2?!

DOCTOR: Y sí, querido, estoy poniendo en juego muchos años de trayectoria.

PANCHITO: Bue, quedamos así.

DOCTOR: Llamame mañana y lo finiquitamos en un santiamén. Ahora me voy porque me están esperando en mi chalet de Barrio Parque con un lechoncito que es para rechuparse los dedos… (Sale.)

PANCHITO (a público): ¿No ven? ¡Eran negros! Científicamente negros. Pero aún así fui a ver a un abogado.

ABOGADO (ya sentado a la mesa): No hay jurisprudencia al respecto, no es cosa juzgada, ni sé de la existencia de ninguna acordada o medida cautelar sobre el particular/

El Político se sienta a la mesa. Aparenta estar dormido.

PANCHITO: Espere, sólo quiero saber si es o no legal.

ABOGADO: ¡¿Qué pregunta?! Eso es siempre relativo, por suerte para mi profesión. Deme el 3% y veo qué se puede hacer.

PANCHITO (a público): Se lo di y enseguidita me dijo que estaba todo ok. Pero igual, por si acaso, también visité a un encumbrado político. (Gira para hablar con Político.)

POLÍTICO (anticipándose a Panchito): El 5%.

PANCHITO (luego de unos segundos, a público): Finalmente, fui a hablar con un amigo sabio, bah, profesor de Filosofía en un colegio católico. (A Sabio.) ¿Qué opinás?

SABIO: Mirá, los negros ven un parquet y lo levantan para hacerse un asado. Ven una fuente en una plaza, y qué hacen, meten las patas adentro para refrescarse. En un rapto de desesperación, hasta son capaces de comerse unos a otros. O lo que es peor, cenarnos a nosotros. Así que no es descabellado afirmar que son animales salvajes. Para ellos, comer una ratita de vez en cuando solo significará como diferencia comer un bichito, pero más chiquitito. Ahora bien, si no te convencen mis argumentos, te cito a Camus y se acabó la discusión.

PANCHITO: ¿A quién?

POLÍTICO: Camus.

SABIO (a público): “Algo se aprende en medio de las pestes: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio”. (A Panchito mientras se retira el Político.) Desde esta perspectiva, en el hipotético caso de que se llegara a desatar una peste, para los negros podría ser una gran oportunidad, la única quizá que tengan en toda su mísera existencia, de transformarse en seres un poco más dignos. ¡Y todo gracias a vos, Panchito!

PANCHITO (a público): Y entonces me largué. (Anuncia a todo pulmón.) ¡La Corporación Transoceánica de Carnes, con apoyo del gobierno autónomo, lanza su campaña de desratización! ¡Desratización para todos!

TODOS (buscando a lo largo y a lo ancho del escenario): Rata, rata, rata… ratita, ratita, ratita… Rata, ratita… Rata, ratita… ¡Cien ratas! ¡Mil ratas! ¡Cuatro millones de ratitas! ¡Esta ciudad está llena de ratas! ¡Rata rima con plata, rata rima con plata, rata rima con plata! (VIDEOCLIP.)

ESPOSA (a público, sentada, mientras fuma el habano que le quitó a Panchito): En esos días yo lo veía poco. ¡Estaba muy ocupado! Y tuve tiempo de reflexionar. Y reflexioné que tal vez la culpa era mía, por haberle dado hijos y no dejarlo libre para que fracasara en el teatro. Ahora se estaba transformando en un gran hombre de negocios. Y a todo lo que no le gustaba lo llamaba “negro”…

EMPLEADO 1: Señor González, avisó el empleado Fernández que llegará un poco más tarde.

PANCHITO: ¡Suspéndalo a ese negro de mierda!

Se escuchan risas grabadas.

EMPLEADO 2: Señor González, ¡qué calor, no!

PANCHITO: ¡Por culpa de ese negro sol del infierno!

Risas grabadas.

EMPLEADO 1: ¡Uy, se ensució el traje, jefe!

PANCHITO: ¡Un auto negro que me ensució con ese negro barro del demonio!

Risas grabadas más el típico efecto platillo para rematar un chiste.

ESPOSA (a público): Y escuchaba Radio 10, y veía C5N… Quería convencerse a sí mismo. Hasta que un día lo llamaron del gobierno autónomo. Tuve que acompañarlo…

Acto de gobierno. El Jefe de Gobierno y Panchito se ubican juntos. Alrededor se ubica el resto del elenco.

JEFE DE GOBIERNO: Esta ciudad autónoma se honra en otorgarle al señor Panchito González la Gran Cruz Autónoma de la Salud Pública en mérito a los servicios prestados por usted mediante su gran campaña autónoma contra las ratas autónomas… Señores, pido un aplauso autonómico para el nuevo flautista de (a un allegado) ¿cómo era?

Un actor le dice algo al oído.

JEFE DE GOBIERNO: ¡Mámelin!

Aplausos. El Jefe de Gobierno le entrega la Cruz a Panchito.

ESPOSA (volviendo a su ubicación habitual, mientras se saca el bulto con el cual simula estar embarazada): Yo me fui antes que terminara esa farsa. Todo eso no me gustaba en absoluto.

Termina el acto con la entrega de la Gran Cruz. Desconcentración. La escena vuelve bruscamente al escritorio de la multinacional.

PANCHITO: ¡Ahora debemos ocuparnos de las etiquetas de colores!

ITALIANO: Signore Gonzalo, gli colori azul, amarillo amarillo e azul…

PANCHITO: ¡Ah, como Boca! Entiendo. Una estrategia bien popular.

INGLÉS: ¡Nou, nou! Mi propongo un concursou de pintoures. Al ganadour, 10000 pesous y una beca para Loundres. Será… artísticou.

PANCHITO (a público): Y lo hicimos artístico. Primero, vino un pintor concreto. (Al Pintor Concreto.) ¿Cuál es su propuesta?

PINTOR CONCRETO: Un árbol que se transforma en un sándwich de jamón/

PANCHITO: ¿De qué color?

PINTOR CONCRETO: ¡Blanco y rojo, por supuesto!

El Inglés y el Italiano le bajan el pulgar a la propuesta.

PANCHITO: No sirve (Echa al pintor de mal modo. A público.) Luego, vino un pintor abstracto.

PINTOR ABSTRACTO: Pienso en un cubo cruzado por una línea de puntos que/

PANCHITO: ¿Color?

PINTOR ABSTRACTO: ¡Verde y negro!

El Inglés y el Italiano le bajan el pulgar a la propuesta.

PANCHITO: No es suficiente. (Echa al pintor de mal modo. Luego a público.) Y por fin se presentó un señor surrealista.

PINTOR SURREALISTA: Sueño con el ojo del fantasma de Hamlet atravesado por el escarbadiente que usó el rey, su tío, en la fiesta…

PANCHITO: Sí, sí… ¿de qué color?

PINTOR SURREALISTA: Rojo, amarillo, morado, verde, (a público) me encanta tu naranja, negro, magenta, fucsia con pintitas…

INGLÉS: ¡Aceptadou!

ITALIANA: ¡Bravísimo, primo!

El Inglés y el Italiano felicitan al pintor surrealista. Le entregan un cheque del tamaño de esos que se usan habitualmente en la televisión. Posan para una foto (se proyecta imagen en pantalla). Mientras:

PANCHITO (a público): Hicimos finalmente las etiquetas con el ojo y el escarbadiente y todos esos colores. ¡Un verdadero asco! El surrealista se fue a Londres y la carne debidamente enlatada y etiquetada empezó a entregarse en zona Sur.

El escritorio pasa a ser un camión. Se proyecta una imagen en movimiento de un camino de África.

ACOMPAÑANTE: ¿No sentís un olor raro?

CONDUCTOR: Yo no fui.

PANCHITO (a público): El camión ya estaba por Lugano…

ACOMPAÑANTE: ¡Qué baranda!

PANCHITO: …uno…

CONDUCTOR: Debe ser el Riachuelo.

PANCHITO: …dos…

ACOMPAÑANTE (con dificultad, porque tiene arcadas): ¿Falta mucho?

CONDUCTOR: No, ya casi llegamos.

PANCHITO: …Soldati.

ACOMPAÑANTE: ¡Menos mal! ¡Es insoportable! ¡Para mí, qué querés que te diga, el olor viene de esas latas que llevamos atrás!

 CONDUCTOR: ¡Eh, pará exagerado! Ni que fuera carne de rata…

PANCHITO (a público): ¡Es que era carne de rata! ¿Y yo qué culpa tenía si el médico, el abogado, el político y el sabio me dijeron que no importaba? Yo lo hacía para mantener a mi familia. ¡5000 pesos por mes son 5000 pesos por mes! Además, eran negros… y no podía pasarles nada. ¿No es cierto que no podía pasarles nada?

ACOMPAÑANTE (que escuchó la confesión de Panchito): ¿Es verdad? ¿No es carne de vaca? ¿Es carne de rata? ¡No podemos entregar esto! ¡Tengo familia en Soldati!

El Conductor frena el camión en seco. Se corta imagen.

CONDUCTOR: Pará, pará un cachito, ¿querés? Esto es como cuando comprás una empanada y adentro te viene carne de perro. ¿Es responsabilidad del chico del delivery? No, responsable es el que tiene que controlar, viejo. Nosotros llevamos y traemos, llevamos y traemos, ese es nuestro trabajo. ¿Qué es lo que llevamos y traemos? Ah, no sé, ese no es nuestro problema.

Arranca. El Acompañante medita unos segundos lo dicho por el Conductor.

ACOMPAÑANTE: ¡Pero sí sabemos! Tenemos que avisar a la policía…

CONDUCTOR (señalando hacia la ventanilla más cercana del Acompañante): ¡Uy, mirá qué camión!

ACOMPAÑANTE: ¡¿Dónde?! ¡¿Dónde?!

CONDUCTOR (mientras empuja al Acompañante, quien rueda por el asfalto): ¡Allá!

Aparecen el Cocinero y dos Muertos de Hambre. Panchito continúa siendo testigo de lo que ocurre.

MUERTO DE HAMBRE 1: ¿Qué hay de comer?

COCINERO: Hoy los voy a sorprender gratamente.

MUERTO DE HAMBRE 2: ¡Otra vez sopa, no! Está bien que seamos pobres y que no tengamos dónde caernos muertos, pero esa sopa es intragable aun en nuestra situación.

COCINERO: Gracias a nuestro queridísimo gobierno, que no ha olvidado su raigambre nacional y popular (los Muertos de Hambre se miran confundidos), a partir de hoy, tenemos a disposición del comedor comunitario, miles y miles de latas de sabrosísima carne que, bueno, será acompañada por la desabrida sopa de siempre.

Los Muertos de Hambre no pueden salir de su estupor. Boquiabiertos, babeantes. Balbucean, de manera lenta, muy al estilo zombi.

MUERTO DE HAMBRE 1: Car – ne. Car – ne.

MUERTO DE HAMBRE 2: Ha - ce a - ños que no veo un pe- da- zo de car - ne. Ni ha - blar de co - mer - lo.

MUERTO DE HAMBRE 1: Car – ne. Car – ne.

COCINERO (reparte latas): Tomen. Ya saben por quién votar en las próximas elecciones.

Abren las latas con desesperación. Comen. Los ojos se les dan vuelta y caen muertos, con los pies y las manos duras, apuntando hacia arriba.

COCINERO (mientras les quita los DNI a los Muertos de Hambre): Uy, bueno, no importa, los hacemos votar igual.

Panchito se acerca a los Muertos de Hambre. Uno de ellos pasa a ser el Canillita, asustando a Panchito.

VOZ EN OFF CANILLITA: ¡Extra! ¡Extra! ¡Epidemia de peste bubónica en zona Sur!

INGLÉS: Mister Panchitou, ousted es muy pocou houmanitariou, y nuestra empresa debe ser houmanitaria.

El Inglés le quita la Gran Cruz a Panchito, le pide que gire y lo echa de una patada.

PANCHITO (a público): Y me despidieron. Así, como si nada. ¿Se dan cuenta? Claro que a lo mejor toda la culpa fue mía. No sé. ¡Peste bubónica! ¿Se dan cuenta? ¡Pobres negros!

CANILLITA (pasa): ¡Epidemia de peste bubónica en zona Sur! ¡Epidemia de peste bubónica en zona Sur!

PANCHITO: ¡Basta, por favor! ¿Qué quieren? ¿Que me tire al río?

ACTOR 2 (a público): Esta fue la historia que nos contó Panchito.

ACTOR 1 (a público): ¡Y que nos hizo reír mucho!

ACTOR 2: Sí, mucho.

PANCHITO: ¡No, no se rían! El asunto es muy serio.

ACTOR 2: Pero Panchito…

ACTOR 3: Panchitou…

Se ríen Actores 1, 2 y 3.

PANCHITO: ¡Les digo que esto es serio! Porque ahora me dan lástima los negros de zona Sur. (Se va Actor 3.) Pero, ¿y si mañana me vuelven a ofrecer 5000 pesos o más por hacer lo mismo? ¿Qué voy a hacer? Yo debo pensar en mi familia. (A cámara.) ¿Y si en vez de negros son blancos? ¿Qué voy a hacer? Les juro que no sé. Y eso me hace pensar. Además, mi mujer me dijo que ya no era el mismo.

ESPOSA: Ya no sos el mismo.

PANCHITO (sigue a cámara): Que había cambiado.

ESPOSA (a público): Cambió, sin dudas.

PANCHITO (a público): Y eso también me hace pensar. ¡Así que no se rían! (A los actores.) ¡Por favor, no se rían de mí! (Sale.)

ACTOR 2: ¡Pobre Panchito!

El Actor 1 sigue riéndose. El Actor 2 lo mira con seriedad.

ACTOR 1: Está bien, está bien. No me río más.

El Actor 2 se vuelve a reír, dando a entender que estaba bromeando. El Actor 1 se suma a la carcajada. Se van. Bajan luces lentamente. Música.



REPARTO:
ACTOR 1: Ernesto Fontes
ACTOR 2: Leandro Ibarra
ACTOR 3: Paolo Baseggio
ACTRIZ: Natalia Olabe
PANCHITO: Daniel Miranda
CANILLITA: Guillermo Valdéz
ESPOSA: Natalia Olabe
SECRETARIO 1: Paolo Baseggio
INGLÉS: Leandro Ibarra
ITALIANO: Guillermo Valdéz
SECRETARIO 2: Ernesto Fontes
VENDEDOR 1: Paolo Baseggio
VENDEDOR 2: Ernesto Fontes
DOCTOR: Ernesto Fontes
ABOGADO: Guillermo Valdéz
POLÍTICO: Paolo Baseggio
SABIO: Leandro Ibarra
EMPLEADO 1: Paolo Baseggio
EMPLEADO 2: Ernesto Fontes
JEFE DE GOBIERNO: Ernesto Fontes
PINTOR CONCRETO: Paolo Baseggio
PINTOR ABSTRACTO: Ernesto Fontes

PINTOR SURREALISTA: Paolo Baseggio
CONDUCTOR: Paolo Baseggio
ACOMPAÑANTE: Guillermo Valdéz
COCINERO: Leandro Ibarra
MUERTO DE HAMBRE 1: Ernesto Fontes
MUERTO DE HAMBRE 2: Guillermo Valdéz